En la primera parte de este post nos acercábamos a tres de los tipos de anemia más frecuentes en los lactantes: La anemia fisiológica, la anemia de prematuridad y la anemia ferropénica del lactante.
Hoy vamos a indicaros otros dos tipos de anemia, menos frecuentes, pero muy ligadas a la sangre de la mamá. Se trata de la producida por incompatibilidad con el grupo sanguíneo de la madre y también la anomalía que se produce por culpa de la diferencia de Rh entre madre e hijo.
La Incompatibilidad con el Grupo Sanguíneo -también denominada ABO (por cada uno de los grupos sanguíneos existentes)- resulta relativamente frecuente entre feto y madre. Ocurre cuando el bebé desarrolla un grupo de sangre distinto al de la mamá. En este caso la madre suele ser O y el feto A o B. De esta manera, la embarazada ha estado produciendo anticuerpos que han estado atacando a los glóbulos rojos del feto.
El resultado de este ataque es un padecimiento conocido como Eritroblastosis Fetal o Enfermedad Hemolítica del Recién Nacido. Los glóbulos rojos se han destruido tan rápidamente que se acaba produciendo una anemia en el bebé. La hemoglobina liberada en el torrente sanguíneo del bebé se transforma en bilirrubina y, aunque en algunos casos los recién nacidos pueden no presentar síntomas de enfermedad, también podría producirse la muerte del pequeño en el momento del nacimiento o un poco antes.
La segunda anomalía es la Incompatibilidad Rhesus o de Rh. En este caso la anemia se produce de forma similar a la incompatibilidad anterior, sólo que aquí la diferencia entre madre e hijo se da a través del Rh negativo de la embarazada y el Rh positivo del feto.