La primera vez que cogemos a nuestro hijo nos da la sensación de que se va a romper. Le vemos tan frágil… y nos da miedo no sostener bien su cabecita o hacerle daño. Pero los bebés no son tan delicados.
Hay que agarrarles con cuidado, eso sí, pero con firmeza y seguridad. Todos los padres aprenden enseguida a tratar a su bebé y en poco tiempo lo alzan, los pasan de unos brazos a otros y le visten y desvisten con soltura.
En bebé feliz os vamos a enumerar los pasos a dar para levantar y acostar al recién nacido sin miedo y de forma segura.
Levantarle
- Metemos una mano debajo de sus brazos y con la otra le sujetamos el culete.
- Con movimientos suaves y precisos, le damos la vuelta de manera que su nuca quede bien apoyada en nuestro antebrazo.
- La manos que le sostiene por las nalgas no debe retirarse. De este modo el bebé se sentirá cómodo, seguro y relajado.
De unos brazos a otros. Mientras mamá sujeta al bebé, el padre desliza sus manos colocándolos bajo la cabeza y las nalgas. Cuando la cabeza y la espalda estén aseguradas, ella empieza a soltar sus brazos suavemente.
Acostarle
- El pequeño se ha quedado dormido y queremos acostarle en su cuna. Una mano sujeta la espalda y su cabeza y la otra, el culete.
- Le acercamos al colchón girándole de lado. Si colocamos una toalla enrollada detrás de su espalda, evitaremos que ruede.
- Deslizamos delicadamente nuestro brazo para que descanse en su cuna… y ni se enterará de que le hemos soltado.
Lo fundamental a la hora de coger o cambiar de postura a nuestro bebé es que ambos nos sintamos seguros. La única forma de transmitirle confianza es hacerlo con firmeza y decisión.
A todo niño le encanta estar en brazos y sentir nuestro calor corporal, así que, a no ser que esté molesto por algo, cuando lo cojamos no protestará. No podemos asegurar lo mismo a la hora de acostarlo pero tampoco hemos de vacilar.
Con palabras y caricias podemos indicarle que lo vamos a alzar o dejar en su cuna. De esta manera cariñosa le ayudaremos a ponerse sobre aviso y no se asustará.