La hipoacusia es la pérdida o disminución de la capacidad de audición del niño, que dificultará su capacidad para hablar y que repercute negativamente en su desarrollo emocional y en su capacidad de aprendizaje, y esto es lo que se intenta minimizar con el cribado. Es importante realizar este cribado, puesto que, en caso de tener que iniciar un tratamiento para la hipoacusia, éste se debe realizar ante de los seis meses de edad.
Las dos técnicas para la realización de esta prueba son: Otoemisiones Acústicas Evocadas (OEA) y los Potenciales Auditivos Evocados de Tronco Cerebral Automatizados (PEATC-a). Ambas son pruebas rápidas, sencillas, no dolorosas para el pequeño.
Otoemisiones Acústicas Evocadas
Este tes evalúa qué tal funciona su oído, para ello recoge la respuesta al sonido de una de sus partes (las células ciliadas externas que componen la cóclea) a través de un receptor colocado en la oreja. En los bebés con una audición normal se detecta un eco medible al emitir un sonido a través del audífono. Si no se detecta ningún eco, puede indicar que hay una pérdida de audición.
Esta prueba era la única que se realizaba hasta hace poco a todos los recién nacidos, pero se ha visto que tiene limitaciones, como la existencia de falsos positivos y el hecho de que explora solo el oído, no el cerebro. Debido a ello se combina actualmente con los PEATC-a, que tienen la ventaja tanto de explorar la vía auditiva periférica (oído) como la neurosensorial (cerebro).
Potenciales Auditivos Evocados de Tronco Cerebral Automatizados
Esta prueba explora la vía auditiva desde el órgano receptor (el oído) hasta la entrada en el encéfalo (en el cerebro). Se realiza mediante un estímulo sonoro, que se envía al oído por sonda hasta unos auriculares adheridos alrededor de la oreja, o por sondas que se introducen en ella. A continuación, mediante unos electrodos colocados en frente, nuca y hombro, se recoge la respuesta eléctrica generada hasta el tronco del encéfalo (cerebro).
Los resultados obtenidos se comparan con los de lactantes de audición normal. Como los datos considerados normales se han obtenido con otra prueba más sofisticada (que se llama PEATC no automatizados), hay que aplicar unos algoritmos matemáticos antes de compararlos y determinar si los registros se corresponden con una respuesta auditiva normal en ambos oídos a 40 db.
Si es así, se considera que estamos ante un caso de audición normal (PASA). Si existe una respuesta alterada en uno o ambos oídos a 40 db (NO PASA), se debe realizar una nueva evaluación para confirmar el diagnóstico de hipoacusia.
Las pruebas se hacen en las primeras horas de vida. Los resultados se dan a los padres tras la realización de la misma. Cuando no se logre concluir la prueba con resultados fiables por motivos circunstanciales, como intranquilidad del niño, o por fallos del aparato, deberá repetirse la prueba lo antes posible.
Debes tener en cuenta que esta prueba no tiene la última palabra. Si existe una respuesta alterada en uno o ambos oídos a 40 dB y el resultado es NO PASA, el bebé debe ser valorado por un especialista antes de los tres meses de vida para confirmar o descartar un problema auditivo.
Programas de cribado o screening neonatal: su primer chequeo – Prueba del talón: detección de hipotiroidismo
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