A partir de los seis meses, en relación con la introducción de la alimentación complementaria, se plantea la retirada de la lactancia materna, lo que se conoce como ‘destete’.
La alimentación complementaria se puede introducir a partir de los 4-6 meses y se puede mantener hasta los 12-24 meses, siempre y cuando se suplemente con otros alimentos.
La introducción de la alimentación complementaria se debe a razones nutricionales y alimentarias. En esta etapa se precisa un mayor aporte de algunos nutrientes, como el hierro, el zinc o el calcio que no se podrían cubrir si solo se tomara leche (materna o artificial). A esta edad también se inicia el aprendizaje de la masticación y se puede comenzar el desarrollo de hábitos alimentarios, que requieren la introducción de otros alimentos y texturas diferentes.
La decisión de cuándo iniciar la alimentación complementaria viene dada por las indicaciones del pediatra, en función de las características del lactante. Hay niños en los que se puede introducir la alimentación complementaria antes por presentar enfermedad por reflujo gastroesofágico no controlado o por una ganancia de peso muy lenta, pero siempre dependerá de cada caso particular.
Por el contrario, la decisión de cuándo suprimir la lactancia materna suele ser una decisión personal, de madre e hijo, siempre y cuando no existan contraindicaciones para mantenerla y siempre que se vaya introduciendo la alimentación complementaria de forma simultánea y sin problemas.
En ocasiones, el bebé dejará de reclamar tan continuamente la lactancia materna al ir introduciendo alimentos nuevos. Otras veces, es la madre la que, por diferentes motivos (laboral, personal…) decide suprimirla, en este caso, normalmente, se requiere mucha paciencia y puede llevar bastante tiempo.