Todos sabemos que es muy importante que el niño con diabetes lleve una vida regular y organizada en la que la administración de insulina, la ingesta de comida y la realización de ejercicio físico se desarrolle siempre a la misma hora del día. En algunas ocasiones esto es difícil de controlar, pero cuando llegan las vacaciones es aún más complicado.
Por eso, cuando nuestros hijos están de vacaciones y más en verano, que aumentan su actividad, cambian los alimentos que ingieren y su rutina de comidas a la que estaban acostumbrados y sus horarios se ven modificados, es importante tener especial cuidado para que sigan su tratamiento y evitar las complicaciones derivadas de una posible descompensación glucémica. Pero, ¿cuáles son los niveles normales de glucosa en sangre en niños?
Qué es la glucemia y sus valores en niños
La glucemia, tal cual viene en el diccionario, es la medida de la concentración de glucosa libre en la sangre, suero o plasma sanguíneo. Las variaciones anormales de la misma son las responsables de las temidas hipoglucemias o hiperglucemias, comúnmente conocida como diabetes.
En los niños menores de siete años, según datos facilitados por UCSFhealth.org, los niveles de glucosa deben mantenerse entre 100 y 180 mg/dl; entre los seis y los doce años los niveles han de estar entre 90 y 180 mg/dl; y en los adolescentes dichos niveles han de estar comprendidos entre 90 y 130 mg/dl.
Cuando la glucemia es inferior a los límites establecidos según edades, hablamos de hipoglucemia. En el caso contrario nos topamos con la hiperglucemia. Si nuestros pequeños padecen deficiencia de insulina nos encontramos con la diabetes tipo I. En el caso de que lo que padezcan sea una resistencia a la insulina, nos enfrentamos a una diabetes es de tipo II, que puede llegar a controlarse con medicación antes de llegar a la inyección de insulina, indispensable si se padece diabetes del tipo I.
Son muchas las hormonas relacionadas con el metabolismo de la glucosa en el ser humano, entre las que cabe destacar la insulina y el glucagón, secretados por el páncreas, la adrenalina, los glucocorticoides y las hormonas esteroides secretadas por las gónadas y las glándulas suprarrenales.
Tanto hablar de glucemia y su nivel en sangre, no está de más saber que la glucosa es uno de los nutrientes más básicos contenidos por los alimentos glucídicos. El ser humano no es capaz de generarlo por sí mismo, con lo que lo añadimos mediante la alimentación. Esta glucosa sirve para aportar energía a las células de forma que estas sean capaces de realizar sus funciones vitales. Una vez tenemos esto claro sólo nos queda decir que para que todos los procesos se realicen sin problemas, es necesaria la intervención de la insulina.
Insulina y ejercicio físico
Los requerimientos de insulina de un niño que está todo el día sentado en clase, pueden disminuir en gran medida cuando el niño está jugando todo el día en vacaciones. El incremento de la actividad y un menor grado de estrés, contribuirán a un menor requerimiento de insulina (el estrés puede elevar los niveles de glucemia).
Además, en algunas ocasiones, la falta de apetito debido al calor puede ser un factor condicionante para que algunos niños presenten un episodio de hipoglucemia los primeros días de vacaciones, hasta que sus dosis de insulina se ajusten.
Hay que tener en cuenta y controlar el efecto de requerimiento de la glucosa por parte de las células después del ejercicio. Este efecto a veces persiste varias horas tras terminar la actividad. Incluso en algunas ocasiones consigue a durar de 12 a 20 horas, lo que puede ocasionar que aparezcan las temidas hipoglucemias por la noche, tras un día de bastante ejercicio.
Evitar hipoglucemias cuando el niño hace deporte
La práctica de ejercicio es muy buena para mantener los niveles de glucosa dentro de los parámetros, pero los niños en periodos de vacaciones hacen más de lo habitual y eso puede traer consigo algún episodio hipoglucémico. Para evitarlo, sólo has de seguir estos consejos:
- Conviene que prepares a tu hijo meriendas frecuentes y sustanciales. Además, dale algo de comer cada 30 minutos mientras esté realizando ejercicios fuertes como jugar al fútbol.
- Las meriendas que incluyen proteínas o grasas como el queso ayudan a mantener un nivel aceptable de glucemia.
- En ciertos casos, reducir la dosis de insulina puede ser la mejor manera de evitar los episodios de hipoglucemia en la piscina.
- Si el ejercicio es muy fuerte y prolongado la reducción de la dosis de insulina y el aumento de la comida, pueden ser necesarias.
- En todas estas cuestiones, pídele consejo a tu médico, pues en este blog nos limitamos a orientaros, pero no somos especialistas.
Cambios de horario
Para los niños cualquier época vacacional se traduce en acostarse y levantarse más tarde de lo habitual. Pero, despertarse más tarde, a su vez, significa que la hora de la insulina ya no coincida con las horas de las comidas y meriendas ya establecidas.
Por eso, uno de los aspectos más importantes es que durante esos días tu hijo se levante dentro de la hora y media siguiente a su horario habitual en días de colegio. Por ejemplo, si tu niño generalmente se levanta a las 8 de la mañana y se inyecta insulina a las 8:30, durante las vacaciones debes tratar de levantarlo como muy tarde a las 9:30 y que se inyecte a las 10:00 horas, y si desea seguir durmiendo, puede volver a la cama una vez que se haya administrado su insulina y haya desayunado.
Esta pauta, la del desayuno, es la que marcará el control del resto de la jornada. De esta forma, los niños deben continuar su rutina alimenticia sin dejar de hacer su media mañana y su merienda. En el caso de que entre comida y comida haya poco intervalo de tiempo o si tienes dudas sobre ello, es importante que consultes al especialista para que te asesore en cuanto a los cambios de patrones alimenticios.
La diabetes nunca descansa y demanda atenciones puntuales que se deben tener en cuenta como seguir cuidando la dieta, no abandonar la actividad física y ajustar la medicación si es necesario, y mucho más en el caso de los niños.
Fotos | Philippe Put; Greta Palm; amboo who?