Afortunadamente, cuando el bebé está enfermo notaremos ciertas señales (manchas, fiebre, rechaza la comida…) y el sentido común suele motivar la consulta con el pediatra. Sin embargo, hay una serie de pequeños problemas comunes en el primer mes de vida tales como las regurgitaciones, la costra láctea, el muguet, la dermatitis del pañal, o la conjuntivitis, que no son importante problemas de salud, pero que debemos conocer.
Regurgitaciones
Las regurgitaciones frecuentes en el primer mes de vida se deben habitualmente al llamado reflujo gastro-esofágico, situación en la que hay un retorno sin esfuerzo del contenido del estómago al esófago e incluso a la boca, especialmente tras las comidas. Esto ocurre en uno de cada cuatro lactantes. Cuando este fenómeno aumenta su frecuencia e intensidad, puede llegar a superar la capacidad defensiva de la capa superficial del esófago y provocar una enfermedad.
Hay que diferenciar dos situaciones: la de los niños que regurgitan con frecuencia, pero aumentan bien de peso y la de los niños con regurgitaciones o vómitos con una curva de peso estacionaria o descendente y otros síntomas sugestivos de complicaciones de reflujo.
En el primer caso se trataría de regurgitaciones fisiológicas, por inmadurez de un músculo que cierra la boca del estómago y que se llama esfínter esofágico interior, sin repercusión patológica y que no necesita pruebas diagnósticas. En este caso, las regurgitaciones suelen ser tras la toma del pecho o del biberón, de parte de la toma, sin fuerza, e incluso coincidiendo con los eructos. El tratamiento que indicará el pediatra probablemente incluya la inclinación del plano de la cuna de modo que la cabecera esté más elevada, el empleo de tomas más frecuentes y menos abundantes o el uso de leches anti-regurgitación con espesantes.
Los niños que tienen vómitos copiosos o regurgitaciones constantes con repercusión en su desarrollo de peso, precisan un estudio y un tratamiento distinto, que deberá ser valorado en cada caso.
La Costra Láctea
Se refiere a la presencia de unas costras en el cuero cabelludo. Son grasientas, de color amarillento, de tamaño y forma variables y se observan a partir de la primera o segunda semana de vida. No se acompañan de manifestaciones generales y habitualmente no producen picor. Es más un problema estético que un problema real y su tratamiento suele consistir en el empleo de la crema que indicará el pediatra. Esta se aplicará sobre las costras unas horas antes del baño. Tras su efecto, se arrastrará con el peine al lavarle la cabecita.
La costra láctea no se produce por efecto de la lactancia materna ni tiene relación con la composición de la leche.
El Muguet
Es una inflamación de la boca (estomatitis) producida por un hongo llamado Candida albicans (candidiasis). Las lesiones típicas son unos pequeños acúmulos blancos, como leche cuajada, firmemente adheridos a la mucosa bucal, los labios y la lengua. Cuando se arrastran con una gasa pueden dejar un lecho un poco sangrante, pero molesto para el niño. Si las manchas blanquecinas aparecen sobre la lengua y saltan fácilmente, pueden ser restos de leche en vez de muguet.
Su tratamiento debe incluir el empleo de un antimicótico (que indicará el pediatra) sobre la mucosa oral del niño, frotando suavemente la lengua, la parte interna de las mejillas y los labios. También se aplicará el antimicótico en todo aquello que esté en contacto con la boca del bebé: el pezón de la madre si toma el pecho, la tetina del biberón e incluso el chupete.
Dermatitis del Pañal
La inflamación de la piel o dermatitis irritativa del área del pañal es una reacción inflamatoria de la piel que cubre el pañal, originada por el contacto prolongado de la superficie cutánea con la orina, las heces y otras sustancias (detergentes, plásticos, perfumes…). La dermatitis irritativa del pañal afecta al 5-25 por ciento de los lactantes en algún momento. Cada vez es menos frecuente en el primer mes de vida y casi solo se observa cuando los lactantes tienen diarrea.
Para prevenir la dermatitis irritativa del área del pañal hay que mantener una buena higiene de la zona, logrando que esté seca y limpia. Para ello se lavará con agua tibia y un jabón neutro. Los pañales se cambiarán con frecuencia. Después de cada limpieza o baño y tras cada cambio de pañal es muy útil aplicar una fina capa de una crema de barrera con acción absorbente y astringente que recomendará el pediatra. No es recomendable el talco.
Como sucede con el muguet, la dermatitis se puede sobreinfectar por el hongo Candida albicans, produciendo un enrojecimiento más intenso y que llega hasta la cara interna de los muslos.
Legañas en un ojo
Si a partir de los 7-15 días de vida el bebé comienza a tener legañas en un solo ojo, puede ser expresión de una obstrucción o de una imperforación del conducto lacrimal de dicho lado. Este conducto une la parte interna del ojo con la fosa nasal (por lo que cuando lloramos necesitamos limpiarnos la nariz de una secreción líquida que son las lágrimas). Si este conducto se bloquea, las lágrimas se acumulan y derraman por la mejilla, incluso cuando la persona no está llorando.
Conjuntivitis unilateral
En este caso se recomienda administrar unas gotas de suero fisiológico y realizar a la vez un masaje suave sobre el ángulo interno del ojo con la finalidad de desobstruir el conducto lacrimal. Si se trata de una obstrucción por secreciones, lo cual es mucho más frecuente que la imperforación, se resolverá en unos días. Si no se resuelve con el masaje, el pediatra remitirá al niño al oftalmólogo para que se le practique una canalización del conducto lacrimal.
Ictericia
La ictericia o color amarillo de la piel se produce por el aumento en la sangre del bebé de una sustancia llamada bilirrubina. La ictericia es común, suele ser inofensiva y generalmente se produce por inmadurez del hígado del recién nacido. La ictericia normal es aquella que aparece al segundo o tercer día tras el nacimiento de un recién nacido a término (de 37-41 semanas de gestación), desaparece a la semana, no se acompaña de heces blancas y los niveles de bilirrubina en sangre no son excesivos.
Si al alta de la maternidad nos remiten a casa con el bebé ictérico probablemente nos recomendarán que lo coloquemos en un lugar soleado o iluminado de la casa (desnudando su cuerpecito y a través de la ventana) para aprovechar una fracción de los rayos solares, para acelerar la degradación de la bilirrubina en la piel. Si el nivel es más alto, se quedará ingresado y se colocará bajo unas lámparas (fototerapia) en las que se expone al niño a la luz en su parte azul del espectro (410-460 nm). Los ojos del recién nacido se cubrirán con parches opacos para evitar el daño de la retina.
El primer mes es cuando aparecerán una serie de problemas en el recién nacido producidos por su inmadurez, en el mayor parte de los casos.Conocerlos es importante para saber cómo actuar ante ellos y no llevarnos sustos ni sorpresas.
Fotos | Nana B Agyei; IamNotUnique; Lance McCord; Jon Ovington