Los niños, cuando son pequeños, necesitan de la orientación constante de los padres para poder crecer en plenitud. En este sentido, existen costumbres que es esencial corregir a tiempo. Por ejemplo, los niños nunca deben ver la tele antes de acostarse, ese es un tiempo ideal para la lectura. Pero como a lo mejor, a los niños les cuesta mucho tomar este hábito por iniciativa propia puede ser el padre o la madre el que lea un cuento a su hijo cada noche. Así también se fortalece el cariño a la vez que el conocimiento. Antes de apagar la luz, dale a tu hijo un beso de buenas noches y dile que le quieres. Nunca te canses de mostrar a tu hijo el cariño porque de ese modo, alimentas su autoestima.
Del mismo modo, tampoco se debe encender la televisión mientras se está comiendo en familia. Hay hogares en los que existe tanta falta de comunicación, que el sonido de la tele llena el vacío que deja la ausencia de palabra. Sin embargo, el momento de la comida es excelente para preguntarle a tu hijo cómo le ha ido en el colegio, qué deberes tiene qué hacer, si ha conocido a algún amigo nuevo, cómo se siente en clase…
La lectura siempre es buena, por ello, intenta dar ejemplo a tus hijos y lee delante de ellos. Así verán que los cuentos no tienen una función únicamente decorativa en casa. Podéis disfrutar de planes juntos en común como ir a la biblioteca donde se organizan cuentacuentos. Planes que es mejor dejar para el viernes por la tarde cuando los niños pueden disfrutar completamente del tiempo libre. En definitiva, más cuentos y menos televisión. Así puede resumirse la receta de la educación en casa y de la felicidad infantil.
Imagen: Bebés y angelitos
[…] día de una forma positiva, entonces, podrán jugar un rato en el ordenador, ver la televisión o leer un cuento. Se trata de actividades que deben disfrutarse de una forma puntual porque así se valoran más. […]