Muchos son los padres que optan por compartir la cama con su bebé, esto es algo que sobre todo los primeros meses es muy cómodo para la madre que le tiene que dar el pecho, y más aún los primeros días de vida del niño si a ella le han tenido que practicar una cesárea. Esto es una forma de que todos puedan descansar durante la noche, y más que ninguno el bebé, ya que al estar al lado de la madre conseguirá dormir de forma mucho más tranquila al sentirse protegido.
También es habitual meter al niño en la cama de los padres cuando están enfermos, ya que así resulta más sencillo controlar su estado, sin tener que estar continuamente deambulando por la casa. Por supuesto, en el caso de optar por el colecho, siempre habrá que tomar medidas de prevención para evitar echarse encima de ellos durante la noche, o que se caigan de la cama.
Hacer esto día tras día podrá llevar al niño a acostumbrarse, puesto que les cuesta poco coger la rutina y menos aún si eso conlleva que se encuentren más cómodos y satisfechos. Por ello, a la larga el hecho de dormir en la cama de los padres se podrá convertir en una costumbre que podría resultar costosa de quitar.
Para aquellos que se encuentren en la situación de querer sacar al bebé de la cama, podrían probar algunos trucos (que por supuesto no son infalibles pero que en según qué casos podrían funcionar). Por ejemplo mantener la cuna en la misma habitación de los padres, e ir acostumbrándolos a meterlos en ella, siendo esto un paso intermedio entre la cama de los papás y su futura habitación. También se puede probar a quedarse con él, durante los primeros días, hasta que se duerma dándole mimos, y si tiene edad suficiente, leerle un cuento en su habitación antes de apagar la luz para dormir.