Hay diferencias entre los centros privados y los públicos. Conviene preguntar antes qué va a aportar el centro y qué no.
Maternidades públicas
Suelen dar todo lo necesario para el niño: pañales, gorro, gasas, ropa, útiles de aseo… En algunos hospitales permiten vestirlo con prendas propias. En ese caso, sirven los consejos de la privada.
Clínicas privadas
Al entrar al paritorio. Hay que entregar la ropa que llevará el bebé: un gorro de algodón (el recién nacido pierde calor por la cabeza), un body y un pijama.
Para la estancia. Necesitará ropa de tejidos naturales para mudarle dos veces al día:
- 2 pijamas fáciles de poner (preferiblemente con corchetes para que podamos atarlos y desatarlos rápidamente).
- 5-6 bodies con automáticos en el cuello y la entrepierna.
- 5-6 polainas y jerseys (evitar los que sueltan pelo). Las polainas son pantalones de algodón o lana con elástico en la cintura que cubren los pies.
- 2 pares de calcetines, más prácticos que los patucos, que suelen deslizarse y caerse con facilidad.
- 4 toallitas de algodón o baberos.
- Un arrullo para envolverle mientras se le da el pecho. Así él estará cómodo y nosotras también.
- Unas manoplas para cubrir sus manos y evitar que se arañe.
- Productos de aseo: pañales, crema protectora, loción hidratante y toallitas.
La presencia del padre o el otro progenitor es fundamental para apoyar a la madre durante la dilatación y para asistir al parto si así lo han decidido. También tiene que llevar su maleta.
Tendrá que disponer de una bolsa de aseo, un pijama, mudas y dinero suelto para las máquinas de refrescos y café.
Conviene que prepare con tiempo las cámaras de fotos, vídeo, móviles y la documentación para el hospital (cartilla sanitaria, DNI de la madre e historial del embarazo).
Las enfermeras siempre comentan que, con los nervios del parto, a más de uno se le olvida.