La obesidad es un signo de una mala nutrición. Al hablar de malnutrición es muy posible que la mayoría lo asocie a países subdesarrollados, pero no, resulta que en los países desarrollados también ocurre, incluso cuando se tienen medios para evitarlo.
Prevenir siempre es mejor que curar, por tanto, y sobre todo cuando haya antecedentes de obesidad o de enfermedades cardiovasculares en la familia, es importante plantearse hacer un seguimiento del niño con revisiones frecuentes. El pediatra será el que lo vigilará y detectará cuanto antes si se diera el caso de que el niño se encaminara hacia este problema. Por otro lado como método preventivo, tenemos algo muy obvio, que es ni más ni menos que mantener una dieta adecuada en los niños. Y cuando hablamos de adecuada, no nos referimos tan solo a que no falten los alimentos claves, sino también a no ofrecer al niño cantidades enormes, puesto que la cantidad debe ser también proporcional a cada edad.
En los primeros meses, las medidas a tomar son sencillas, por un lado, y siempre que se pueda, ofrecer una lactancia materna durante al menos los primeros 6 meses, y por otro, si se ofrece lactancia artificial, utilizar una leche que tenga una buena composición, así como SIEMPRE seguir las instrucciones de preparación (no añadir un cacito de más al agua por pensar que así estará mejor alimentado).
A los dos años la alimentación ya será muy similar a la de los adultos, y será a partir de ahí cuando habrá que enseñarles a comer. En principio es fácil escuchar el “No me gusta”, pero es importante educar su paladar, por tanto, en casos de alimentos que no les gusten, se les ofrecerán poco a poco, comenzando por pequeñísimas cantidades que se irán aumentando a medida que el niño se acostumbre a su sabor.
Algunos consejos para evitar la obesidad infantil, podrían ser: limitar el consumo de bollería industrial, disminuir los alimentos con exceso de grasas, o evitar un exceso de consumo de proteínas. Y dejando a un lado la alimentación, es importantísimo que los niños hagan ejercicio, independiente de si son obesos o no, aunque obviamente hay que hacer mayor hincapié en ello si tienen sobrepeso.
En cualquier caso, no nos cansaremos de decir, que el que siempre tiene la última palabra será el pediatra, el que si se diera el caso, será el único que debe aconsejar y guiar a los padres, para cortar el problema lo antes posible.
[…] Hacer una receta en familia es una forma de compartir tiempo en común y de estar en casa con un ocio creativo. Por otro lado, en la hora del almuerzo en el recreo es mejor evitar la bollería industrial para disfrutar de un buen bocadillo y así evitar también la obesidad. […]