Sin duda, el bienestar de un bebé es la base de su felicidad. Por ello, cada vez más los expertos inciden en la importancia del masaje que sirve para relajar las tensiones del día a día y también, son positivos para reducir los cólicos. Antes de darle el masaje al niño es recomendable que aquel que va a realizar dicho masaje se unte las menos con aceites esenciales.
El mejor modo de que un masaje dé buenos resultados a largo plazo es que el masaje esté totalmente integrado dentro del horario de la rutina del niño. Igual que sucede en el caso del paseo o los horarios de la comida. El niño se siente feliz en una sesión de masajes porque además, recibe caricias y afecto. A la hora de dar el masaje al niño se le debe colocar tumbado boca arriba. Se puede iniciar el masaje por el rostro y empezar haciendo movimientos circulares desde la frente, pasando por las mejillas. Por otra parte, al llegar a las manos, se debe estirar con mucha suavidad los dedos del bebé y realizar pequeños masajes en la palma de la mano.
Masajear los pies del niño poniendo una atención especial en el talón. Es positivo realizar movimientos circulares. Una vez realizado este proceso se debe colocar al niño tumbado hacia abajo para poder darle un masaje en una zona fundamental del cuerpo: la espalda. Los beneficios del masaje son importantes ya que entre otras cosas, un buen masaje fortalece la autoestima del niño y también, es un antídoto perfecto para el descanso y para dormir mejor por la noche. Por otra parte, también mejoran la comunicación afectiva con los padres.
Los masajes gustan tanto a los adultos como a los bebés.
Imagen: Definición ABC
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