El zumo, con jeringuilla. Hay bebés nunca se quieren tomar el zumo, por lo que podréis probar a dárselo con una jeringuilla. Así seguramente le guste coger a él mismo la jeringa, chupar de ella y beberse el zumo sin problemas. Incluso podríamos hacerlo con leche, si nos presentara problemas a la hora de las tomas.
Entretenimiento en el baño. Si nuestro hijo es de los que nos montan un drama con los baños y no ceja en su empeño de salirse de la bañera, podemos echarle en el agua figuritas de diferentes colores y personajes, de las que son antideslizantes para poner en el suelo de la bañera o la ducha. Así conseguiremos que el niño se entretenga pegándolas y despegándolas y, mientras se divierte, podremos bañarle tranquilamente.
Botones a prueba de caídas. Si no os gusta coser demasiado y os da mucha rabia que los botones de vuestros peques siempre se caigan, aquí tenéis un buen truco. Cuando cosáis el botón, añadidle un poco de pintauñas transparente encima. De esta manera se sella el botón y ya no se vuelve a caer. Lo he probado de primera mano en las batas de mi pequeña y funciona a las mil maravillas.
Ropa de cuna reciclada. Cuando el bebé crezca y le quitéis la minicuna, no os deshagáis de las sábanas bajeras y los protectores de colchón, ya que resultan muy útiles como fundas del cambiador de la bañera. Veréis como encajan a la perfección y el cambiador queda más bonito, sobre todo si es de plástico, ya que siempre suele tender a rasgarse por algún lado.
Además, ahora en invierno, vuestro bebé lo agradecerá, pues el cambiador va a estar mucho más calentito.
Imagen: chikki