Ya comentábamos algunos detalles sobre los gatos anteriormente, hoy dejaremos algunos consejos para elegir el que más acorde irá con los niños.
Si la familia se ha decidido a adoptar un gato de un centro de recogida, hay que tener presente que en la mayoría de los casos, será mejor hacerlo con un gato adulto (igualmente si se va a comprar en una tienda de animales, lo único que en estos sitios lo que suelen ofertar son cachorros). Un gato pequeño llegará a la casa cargado de energía, con ganas de explorarlo todo, y resulta más difícil que jueguen con los niños sin que lo hagan sacando las uñas o mordiendo. Sin embargo, el gato adulto, aunque sigue con su instinto felino, por regla general ya estará más tranquilos, tendrá su personalidad definida, y sabrá utilizar la caja de la arena, entre otras cosas. En estos casos, siempre es importante dejarse aconsejar por los cuidadores que trabajan día a día con los animales, ya que son los que mejor lo conocen.
Para aquellos que quieran un animal de raza, deben tener cuidado, y que no les den gato por liebre, ya que en muchas tiendas piden una cantidad de dinero desorbitada por un gato que no es de pura raza, y no es que ese animal vaya a ser peor o mejor que uno que si lo sea, sino que el tema está en que es una forma clara de estafa.
Las razas que mayormente se recomiendan para familias en las que hay niños son: el Ragdoll, el Maine Coon, el Birmano, o el Persa.
En la mayoría de los casos, ya sea un gato o perro, los veterinarios aconsejarán la castración/esterilización del animal, de esta forma, entre otras muchas ventajas, el animal mejorará el carácter, y se evitan otros muchos problemas.