Escuchar que los padres dicen aquello de “Mi hijo se come las uñas” es algo muy habitual, pero… ¿por qué un niño se muerde o come las uñas?
El hecho de morderse o comerse las uñas se convierte en muchos niños en un hábito, que puede ser debido a un estado de ansiedad, nerviosismo, inseguridad, etcétera. Este acto, que se llega a convertir en algo tan cotidiano, es una forma que el niño ha buscado para consolarse a sí mismo. La mayoría supera esta “manía” con el tiempo, y a medida que van creciendo van dejando de hacerlo, bien porque no quieren que sus amigos o compañeros lo vean haciéndolo, bien por simple estética, o por cualquier otra razón que ellos consideren como buena.
Todos los padres quieren que sus hijos dejen este hábito, pero no se puede abordar de forma tajante, ni se le impondrá por la fuerza… recordemos que, en la mayor parte de los casos, los pequeños hacen esto porque tienen un problema (de mayor o menor grado), y hay que tener presente esto antes de recriminarles que están haciendo algo que no deben.
Por tanto, cuando un niño se come las uñas, hay que empezar por averiguar si lo está haciendo porque algo le provoca estrés o ansiedad (o si simplemente lo hacen por mera costumbre). Para ello hay que intentar hablar con ellos y preguntarles si están preocupados por algo. Unos niños estarán más dispuestos que otros a hablar con los padres. Aquellos a los que no se pueda acceder directamente habrá que intentar abordarlos de otra manera para que cuenten lo que les ocurre, por ejemplo, contándoles cosas que preocupan a los padres… si ven que sus progenitores confían en ellos para contarles sus problemas, ellos responderán de la misma forma (aunque cada niño es diferente y no se puede generalizar).
Foto obtenida de: buzzle.com.