Una de las primeras causas de muerte de niños pequeños se produce en las piscinas privadas, y no solo por ahogamiento, sino también por golpes bruscos cuando se tiran de cualquier forma al agua. Por tanto, hay que tomar medidas y no descuidarse ni un momento. Antes de nada, hay que plantearse si tanto la piscina como el recinto está preparado para niños, y seguir unas pautas básicas para evitar sustos.
– Sobre todo, aunque estemos convencidos de que no hay peligro, NUNCA hay que dejar solo al niño en una piscina, y hay que vigilarlo siempre tanto si está dentro, como si está fuera del agua.
– Cuando se cuenta con una piscina privada, es primordial que el niño aprenda lo antes posible a nadar.
– También el hecho de tener una piscina propia, supone que se puede disfrutar de ella a cualquier hora y en cualquier momento, por ello, hay que prestar atención a que los pequeños se bañen cuando más les apetezca, los cortes de digestión por cambios bruscos de temperatura existen y hay que tener cuidado.
– No hay que fiarse de los flotadores, antes de nada hay que comprobar que están en buen estado y que cumplen la normativa, y aunque todo esté correcto, se debe vigilar al niño igualmente ya que podrían perderlos o se les podrían dar la vuelta.
– Aprender primeros auxilios como realizar una reanimación pulmonar, siempre será una buena medida de precaución.
– Mantener vallada la piscina, y poner un cerrojo a la puerta al que los niños no puedan alcanzar.
– Tener siempre a mano un teléfono, para llamar a emergencias en el caso de que ocurra algún accidente.
– No está de más tener en cuenta la opción de adquirir algún dispositivo de alarma de los que se activan cuando el niño se acerca a la piscina.
Foto obtenida de: baby-photos.phuket.ag.