Puede que no parezca sencillo aprender a decir que no. Sin embargo, no poner en práctica este aprendizaje nos lleva en muchos momentos, a vernos en situaciones incómodas, haciendo algo que no nos apetece hacer en realidad. Las relaciones personales se resienten al compás de esta falta de autenticidad. En general, cualquier madre o padre tiene que aprender a decir que no a cualquier persona del entorno, pero también, al propio niño. ¿Cómo lograr este objetivo de educar en la idea del límite? Aquí tienes algunos consejos que te servirán de ayuda:
1. En primer lugar, cuanto más tardes en decir que no a tu niño a algunos de sus caprichos, más dificultades tendrás a la hora de poder tener autoridad. Conforme más crezca el niño sin normas, más opciones tiene de convertirse en un pequeño dictador en casa que se frustra cada vez que las cosas no se hacen a su forma.
2. Ten capacidad de resistir a las rabietas del niño. Tampoco te apueres por verle llorar cuando le dices que no a algo que desea. Muchos padres tienen una voluntad débil en este sentido, pero conviene recordar que no por mimar al extremo a un niño será más feliz.
3. Decir que no a todo, tiene tan poco sentido como decir que sí a todo. Por tanto, conviene encontrar el equilibrio y la prudencia.
4. Para entrenarte en la dificultad de poner límites a tu hijo, puedes comenzar haciendo lo mismo con el resto de relaciones personales: por ejemplo, con tus amigos, con tu madre o tu pareja.
Piensa que cada vez que a tu hijo le dices que no le estás enseñando que en la vida es imposible tenerlo todo.
Imagen: Baja Autoestima