Hablábamos anteriormente de todas las ventajas de patinar. Después de ser conscientes de ellas, a los padres se les planteará una cuestión “¿Qué patines debemos comprar para nuestro hijo?”.
Antes de nada no estará de más asegurarse de que el niño muestra interés por subirse a unos patines. Siempre es mejor saber de antemano que el niño va a poner de su parte para aprender a patinar antes de lanzarse a comprar, porque de lo contrario, es posible que en esos momentos el niño se encabezone en no hacerlo y los patines queden guardados en un armario hasta que finalmente les queden pequeños (y es posible que sea entonces cuando el niño diga “quiero patinar”).
Hay que animar al niño a patinar, pero no obligarlo, de manera que si no está muy convencido, lo mejor es hacerles ver lo divertido que es, intentar que vean a otros niños patinando, que prueben un rato con los patines de un amigo o familiar… seguro que es cuestión de tiempo que el niño termine siendo él el que lo pida (en caso de no ser así, hay otras buenas opciones para hacer deporte como la bicicleta).
A la hora de comprar patines, lo más habitual será encontrarlos extensibles, algo muy práctico para que el patín se vaya ajustando al pie del niño durante varios años. Por regla general, este tipo de patines cuenta con unas 3 o 4 tallas en el mismo, de manera que los padres no tendrán que comprar un par cada año.
El número de ruedas es otro factor a tener en cuenta, los hay de dos, tres y cuatro ruedas. Los de cuatro ruedas son los más clásicos en los que las ruedas quedan distribuidas dos a cada lado de la bota. En los de tres y cuatro (son más habituales para niños los de tres) las ruedas quedarán todas en líneas. También encontramos un término medio entre ambas opciones, que son los que tienen tres ruedas que se pueden colocar bien en línea, o bien dos detrás y una delante, lo que les aportará un poco más de estabilidad.
Foto obtenida de: fao.com.