Para muchos niños, especialmente si son hijos únicos, la llegada de un hermanito es uno de sus más soñados deseos. Por eso, cuando se enteran de que su mamá está esperando un bebé, se llenan de ilusiones, proyectos, expectativas…; en definitiva, de cómo será su vida cuando el hermanito esté en casa. Lamentablemente, en algunos casos estos sueños no se ven cumplidos, suponiendo un impacto emocional para el pequeño.
Además, lejos de lo que algunos piensan, el dolor por la pérdida de un bebé no es proporcional al tiempo de gestación de la madre. No debemos infravalorarlo, aunque la pérdida se produzca en la primera etapa del embarazo.
A la pena que sufren los padres por la pérdida del bebé esperado se une la preocupación de decírselo al otro hijo. Con estas pautas te será más fácil comunicárselo:
- Proporciónale una explicación previa: el impacto que puede causar a tu hijo la información de que ha perdido a su hermanito puede hacer que todo lo que le expliques después no sea escuchado. Por ello, es importante que le transmitas la información, así como que se han llevado a cabo todos los cuidados oportunos para que esto no ocurriese antes de que le hables de la pérdida.
- Cuéntale lo que ha ocurrido, adaptándolo a sus propias palabras y a su capacidad para entender el mundo, según su edad. Esto le hará ver que ha habido un proceso desde que tú te has encontrado mal y/o hasta que un médico ha comprobado que el bebé ya no estaba bien.
- Hazle entender que, a veces, no hay motivos: al igual que a ti, a él le surgirán numerosos “porqués”. Es muy probable que no exista una causa concreta de lo ocurrido y debes hacérselo saber. De no ser así, explícale el motivo, ajustando tu lenguaje a su capacidad de comprensión.
- Ahórrale demasiados detalles: especialmente si son negativos. Puede que te pregunte cómo te han sacado al bebé o dónde está ahora. Dependiendo del tiempo de gestación, estos detalles pueden ser muy dolorosos para el pequeño. Por eso debes elegir una fórmula en la que tu hijo no sienta que un “bebé” ya formado ha muerto. A veces, es preferible no decir toda la verdad si no es necesaria.
- Libérale de cualquier tipo de culpa: se puede sentir responsable de que hayas perdido al bebé, si cree, por ejemplo, que te ha dado demasiado trabajo. Repítele tantas veces como sea necesario que no ha sido su culpa y que, lamentablemente, estas cosas pueden pasar.
- Déjale expresar sus emociones y habla con él de las tuyas: pregúntale cómo se siente y qué piensa; y comparte con él cómo te sientes tú. Nos sentimos aliviados cuando nos acompañan en el dolor.
- Explícale que esto no significa que ya no vaya nunca a tener un hermanito: este punto debe hablarse con tacto y sólo si el niño pregunta, puesto que, de lo contrario, puede vivirlo con frivolidad sintiendo que se “repone” la pérdida con otro niño.
Imagen: legalexaminer