Estos últimos días os hemos estado hablando de la importancia de atender las necesidades de los más pequeños a la hora de formar una nueva familia. Hoy os proporcionamos una serie de consejos que ayudan en el proceso de la adaptación.
- Habla mucho con él.
- Pregúntale como se siente.
- Normaliza la situación.
- Punte en su lugar: tu hijo se debe sentir entendido y respaldado. Ningún sentimiento es raro, si acaso poco explicado.
- Déjale el tiempo que necesite.
- Respeta sus espacios. En la medida de lo posible, hay que dejar un espacio personal a cada uno.
- Hazle partícipe de la situación: él forma parte de esto y puede contribuir al bienestar. La sensación de control y participación en las decisiones comunes suele ser muy reforzante.
- Sé honesto: ser especialmente simpático con los hijastros delante de nuestros hijos suele generar sentimientos contradictorios. En la medida de lo posible, si somos siempre nosotros mismos, daremos pie a una estabilidad.
- Pon normas comunes, pero flexibles: hay que intentar adaptar la norma a la situación y no al contrario. Las normas deben ser explícitas, entendidas y compartidas.
- Haz las reprimendas, castigos o imposiciones en persona, y nunca delante de los otros miembros de la familia.
- Atiende a las necesidades de cada miembro de la familia: esto no debe ser percibido como un feo ante el resto, sino como una muestra de respeto a la integridad de cada uno.
- Intenta entender las reacciones del niño: la percepción de injusticia tan habitual en estas situaciones suele venir acompañada de sentimientos de frustración y de falta de control. No podemos esperar que todas las situaciones sean perfectamente percibidas como justas. Si en alguna situación, algún miembro de la familia expresa su desacuerdo, es mejor explicar porqué se ha tomado esa decisión y no otra. Es posible que no lleguemos a un entendimiento o aceptación plena, pero, de esta manera, los niños tienen la sensación de que se les tiene en cuenta y de que se atienden sus ideas. Aunque depende de cada caso en particular (las edades de los niños son decisivas), a modo general, que ellos tomen decisiones o que tengan la sensación de influir y contribuir en la familia siempre es positivo.
- Compartid atividades de ocio.
- Desdramatiza las situaciones: si algún miembro de la familia no se lleva bien con otro, no hay que hacer un drama de ello. Aceptar las diferencias individuales y no forzar las situaciones es lo más conveniente. No hay que dar pie ni aceptar expresiones de enfado físicas o verbales dañinas y se debe enseñar desde la aceptación que, aunque uno no se tiene que llevar bien con todo el mundo, siempre existe una manera de convivencia armoniosa posible; solamente es cuestión de entrenamiento.
Imagen: iurd