Los alimentos que nos resultaban útiles en los soleados días de verano ya no sirven en invierno. Las ensaladas o el gazpacho son preparaciones auténticamente refrescantes y sabrosas para los días calurosos, pero cuando llegan las gélidas semanas de la estación de invierno quedan destronados por las sopas y otras preparaciones calientes como los estofados, las cremas o los purés.
Para poder afrontar el frío y combatir mejor los catarros y constipados tan propios de estas fechas, tenemos una amplia gama de alimentos que la naturaleza ha puesto en nuestras manos. Son idóneos porque templan nuestro cuerpo al aportar calorías extra y porque refuerzan el sistema inmune (contribuyen a disminuir las infecciones por su contenido en vitaminas como la C).
Consumiendo alimentos propios de la temporada de invierno, además, contribuimos a respetar el ciclo natural de producción, ahorramos y disfrutamos de una óptima calidad organoléptica.
Verduras y hortalizas
Alcachofa
Tiene un elevado contenido en agua y fibra dietética (por lo que favorece el tránsito intestinal), y destaca la presencia de vitamina E, B1 y B3. En cuanto a los minerales, los más abundantes son el magnesio y el potasio.
Es valiosa por ser fuente de sustancias poco abundantes, pero muy beneficiosas para la salud como la ciarina (efecto diurético) y cinaropicrina (papel preventivo para ciertas enfermedades degenerativas), ambas responsables de su característico sabor amargo.
Además, contiene esteroles (disminuyen la absorción intestinal del colesterol), ácido clorogénico (con acción antioxidante), ácidos orgánicos varios y flavonoides.
Para los peques:
- Puede ser que sus sabor amargo provoque el rechazo de los más pequeños, pero queda deliciosa en preparaciones de pasta, lasañas, pizzas o canelones.
- También se puede cocinar salteada con ajos o hacerla frita, rebozada, guisada, combinada con otras verduras, con carnes, pescados, en tortillas o en revuelto.
Imagen: Flickr/Herbolario Allium
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