Ya hemos hablado de la importancia que adquiere implantar el hábito de la lectura en los niños y el papel que las familias deben desempeñar para impulsar y fomentar esta sana costumbre en nuestros hijos.
No obstante, hoy daremos otra vuelta de tuerca en un tema que se nos antoja de los más importantes para el desarrollo correcto de los pequeños y os suministraremos algunos truquitos que podrán ayudaros a instaurar en el niño el amor por los libros.
Hacia los 11 años de edad el niño ha debido ya haber desarrollado su afición como lector, pero esa “pasión” no llegará sola o, como mínimo, se verá gratamente reforzada con nuestro trabajo como padres.
No importa que nuestros niños sean aún bebés. Lea a su pequeño en voz alta y lo antes posible. Comience desde que ha nacido y continúe haciéndolo con frecuencia. Según vaya creciendo, háblele mientras leen, anímele a participar de las historias, cree esa curiosidad para que haga preguntas sobre lo que le está leyendo.
Establezca un momento del día, incluso un lugar tranquilo para desarrollar la actividad y si puede ser que sea en comunidad. Un espacio y un tiempo para que la familia lea junta esa costumbre impulsará al crío en un entorno de lo más adecuado.
De todos modos y al margen de ese momento familiar, permita que su hijo realice también la actividad por sí mismo y en momentos que también le apetezcan. Permítale también elegir su lectura. No importan que sean comics o revistas sobre fútbol, ya llegará el momento en que la curiosidad le guíe hacia otros temas.
Anime a sus familiares y conocidos a que le regalen libros para las grandes ocasiones, también suscripciones a revistas infantiles. Trate a los libros con la misma importancia que le concede a los juguetes y hágale valorar esos compañeros de juego desde la edad más temprana.
Proporcione a su hijo un diccionario y póngalo en su lugar de lectura. El niño debe tener muy claro que ese es su instrumento para aprender qué significan las palabras y anímelo a que busque el significado de los vocablos que no comprende.
Acompañe a sus criaturas a la biblioteca. Tome esta costumbre desde la edad más tierna y que también sea impulsada como una práctica habitual para el fomento de la lectura en sus bebés. Procure que su hijo tenga su propio carnet de la biblioteca y acompáñele a su sección por lo menos una vez a la semana. Deje que mire las estanterías, que ojee los libros, que elija el que desee llevarse.
Si aún así piensa que su hijo necesita ayuda adicional o que la afición a los libros no acaba de cuajar, pida ayuda a sus profesores y a los bibliotecarios de la zona. Ellos podrán ofrecerle información sobre programas de lectura para después de las clases o durante las vacaciones.
ana says
Hola! aquí les mando algunas ideas para hacer un plan en vacaciones con niños y leer mucho!
Espero que les guste. Un saludo
http://anatarambana.blogspot.com/2011/06/vacaciones-lectura-y-ninos-diez.html