¿Os habéis fijado alguna vez en que un exceso de comunicación lleva a la incomuncación? Me explico: cuando a nosotros nos llegó la consola de juegos electrónicos, dejamos de hablar. Simplemente estábamos en un diálogo de interjecciones con nosotros mismos. Para que dejásemos de jugar había que plantearnos otras metas, con seriedad y rigor. Incluso en el parque, vemos a los niños gesticular mientras el comecocos circula para arriba y para abajo sorteando las bombas que caen por la pantallita. … [Read more...]