La noche se acerca, con su promesa de sueños y pesadillas, de descanso o intranquilidad. Muchos niños de tres y cuatro años que duermen solos desde hace tiempo (o desde siempre) tienen en algún momento el deseo de dormir con sus padres. Hacemos lo que podemos: mensajes tranquilizadores cargados de lógica ("los fantasmas no existen"), idas y venidas de su cuarto al nuestro... pero, apenas nos separamos, vuelve el llanto o la llamada y solo nuestro cálido contacto los consuela. ¿Qué hacemos? … [Read more...]