Diego se pasa la mitad del día con el dedo gordo metido en la boca; Ana no puede pegar ojo si no es chupándose el pulgar (a veces acompañado de otros dedos más) y Jaime, cada vez que se disgusta, se echa el puño a la boca y ya no hay quien se lo saque durante horas. ¿Por qué los deditos resultan tan sabrosos? … [Read more...]