Por lo general, el parto prematuro (pretérmino) no sólo conlleva riesgos para la salud de la madre, sino que, en un número muy alto de casos, lleva asociados problemas para el recién nacido y su correcto desarrollo. De hecho, cuanto menor sera la edad gestacional del feto en el momento del parto, mayores pueden ser los riesgos para su salud.
El bebé prematuro, al permanecer durante menos tiempo en el útero materno, es un niño inmaduro en lo que a muchas de sus funciones vitales se refiere como, por ejemplo, el control de su propia temperatura corporal o de sus funciones digestivas y metabólicas.
Por este motivo, estos pequeños necesitan recibir cuidados y asistencia especiales durante sus primeras horas de vida. Afortunadamente, la mayoría de los hospitales, hoy en día, ya cuentan con áreas de neonatología con cuidados intensivos y con equipos médicos multidisciplinares altamente cualificados, hechos que han reducido el índice de morbimortalidad de los neonatos pretérmino, de forma considerable.
El período de gestación normal suele ser de 40 semanas, aproximadamente. Aunque lo habitual es que el bebé esté apto para nacer a partir de la semana 37. En este sentido, la Asociación Española de Pediatría considera que un bebé es prematuro si nace antes de la semana 37 de gestación. Además, se habla de “muy pretérminos” cuando la edad gestacional es inferior a 32 semanas y de “pretérminos extremos” cuando es menor a la semana 28.
Debido a las dificultades para conocer la edad gestacional exacta del feto en el momento de su nacimiento, también es frecuente utilizar el peso del neonato prematuro en el momento del parto como parámetro de referencia para su clasificación. En base a esto, la división sería la siguiente:
- “Bajo peso al nacimiento”: cuando es inferior a los 2.500 gramos.
- “Muy bajo peso al nacimiento”: Inferior a los 1.500 gramos.
- “Extremado bajo peso”: menos de 1.000 gramos.
Por lo general, el límite para la viabilidad de un recién nacido prematuro está en torno a las 23-24 semanas, aunque su supervivencia dependerá de numerosos factores como, por ejemplo, el peso o los problemas del bebé en las horas posteriores al parto.
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