Un exceso de peso en los niños puede suponer una sobrecarga, a veces considerable, en unos huesos que están en fase de crecimiento y que, por lo tanto, aún tienen porciones considerables de cartílago que sirven para crecer, pero que soportan peor el peso y que por lo tanto pueden sufrir deformidades como consecuencia.
Entre estas deformaciones pueden verse alteraciones en la forma de los huesos de las piernas, produciendo cuadros como los denominados genu valgo, en el que las rodillas se juntan, o tibia vara, en la que este hueso se deforma, arqueándose. También pueden producirse pequeñas roturas de la cabeza del fémur o incluso destrucciones completas de este hueso, lo que genera cuadros de cojera bastante graves.
Diabetes
La obesidad tiene importantes consecuencias en el sistema endocrino, ya que unos niveles elevados de azúcar en sangre pueden hacer que el organismo no responda de forma adecuada a la insulina, lo que puede producir diabetes tipo II, propia de personas mayores que mantienen las cifras de azúcar elevada en sangre durante años.
Pubertad precoz
Los niños obesos pueden presentar cuadros de pubertad precoz o adelantada, de forma que se desarrollan antes de tiempo, lo que puede tener consecuencias no solo a nivel de la talla, sino también a nivel psicológico, ya que puede que el niño no esté preparado aún para afrontar los cambios que se producen en esta etapa del desarrollo.
Trastornos en la menstruación
El exceso de peso mantenido en el tiempo también puede generar trastornos en la menstruación en las niñas o un exceso de andrógenos (hormonas masculinas) en sangre, que pueden producir cuadros de aumento de vello en la cara y en el cuerpo o presencia exagerada de acné.
Imagen: huffpost
Efectos secundarios de la obesidad infantil I – Efectos secundarios de la obesidad infantil II – Efectos secundarios de la obesidad infantil IV
[…] secundarios de la obesidad infantil II – Efectos secundarios de la obesidad infantil III – Efectos secundarios de la obesidad infantil […]