Uno de cada diez niños que roncan presentan apnea del sueño. Los niños que tienen SAHOS (Síndrome de Apneat -Hipopnea del Sueño) presentan con más frecuencia terrores nocturnos, pesadillas, sonambulismo y otras alteraciones del sueño conocidas como parasomnias. Así, pueden encontrarse somnolientos durante el día o, incluso, demasiado inquietos por esa causa, afectando tanto a su humor como al rendimiento escolar, a su conducta y a sus relaciones sociales.
Control de salud
Si el niño presenta ronquido y/o alguno de los síntomas clínicos sugestivos de SAHOS, se debe iniciar la escala diagnóstica específica de los trastornos respiratorios del sueño.
El diagnóstico de SAHOS se hace por medio de un examen clínico minucioso. El pediatra hará una serie de preguntas relacionadas con los síntomas que llevaron al niño a la consulta, como respirar exclusivamente por la boca o tragar con dificultad -signos de obstrucción de las vías respiratorias superiores- y síntomas que reflejan un sueño fraccionado, como fatiga, irritabilidad o sudoración nocturna.
A este examen le seguirá otro con un médico otorrinolaringólogo para examinar si las amígdalas se han agrandado y si hay anomalías dentofaciales, como paladar estrecho y en forma de ojiva. Una radiografía del cavum o nasofaringe (la porción nasal de la faringe que se encuentra detrás de las fosas nasales y por encima del paladar blando) también puede ser útil para mostrar la hipertrofia de las adenoides.
El nasofibroscopio, que permite una visión clara de la parte posterior de la garganta y la caja de voz (laringe), debe reservarse para casos específicos, como los de pacientes jóvenes en los que no se ven bien las amígdalas. Esta prueba es realizada por un médico otorrinolaringólogo con anestesia local. A veces se utiliza la polisomnografía (grabación de diversas variables fisiológicas durante el sueño) en un laboratorio del sueño. Si bien es la única técnica validad para el estudio del sueño, lo cierto es que este examen presenta ciertas limitaciones. El estudio en niños, por lo tanto, se reserva para tres situaciones:
- En caso de patología grave subyacente.
- En caso de discrepancia entre los exámenes clínicos y los trastornos respiratorios descritos.
- En caso de alto riesgo quirúrgico.
Causas del ronquido infantil – Ronquidos: Tratamientos
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