Los controles de salud del niño están incluidos dentro de lo programas de promoción o supervisión de la salud y se llevan a cabo en los equipos de atención primaria, por los pediatras y personal de enfermería. Estos profesionales mantienen, desde los primeros días de vida, un estrecho contacto con el niño y su familia, lo que permite la vigilancia de su desarrollo y la detección de problemas de salud.
El Programa de Prevención de la Salud Infantil no se inicia con el nacimiento del niño; comienza antes. En los centros de salud se realizan las visitas prenatales dentro del Programa de Seguimiento del Embarazo, donde, generalmente la matrona, informa a los padres sobre las necesidades del recién nacido y las habilidades que deben adquirir para su cuidado. Se aconseja y asesora sobre la lactancia materna, la prevención de la deficiencia de yodo y ácido fólico, etc. Siempre intenta resolver dudas y, sobre todo, transmitir confianza a los futuros padres.
Tras el nacimiento, el examen de salud debe ser individualizado y adaptarse a los problemas y necesidades de cada niño en el momento de su desarrollo.
Desde el nacimiento hasta la adolescencia, una de las medidas que es prioridad absoluta en cualquier programa preventivo es la administración de las vacunas, que se efectúa según el calendario vigente en cada comunidad autónoma. En este sentido, además de algunas diferencias que existen entre comunidades en relación a las pautas de administración y tipos de vacunas, el pediatra debe informar a los padres de la existencia de otras vacunas no incluidas sistemáticamente y la conveniencia de su administración, para poder llevar a cabo el mejor calendario vacunal posible en cada momento.
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