Siempre que el médico no diga lo contrario, es muy recomendable hacer algún tipo de ejercicio suave durante el embarazo. Y una de las mejores y más recomendadas opciones es hacerlo en el agua. ¿Por qué esto es así? Pues muy sencillo, porque en el agua se realiza mucho más ejercicio y con un menor esfuerzo que en otro medio. En el agua pesamos menos, y por tanto la mujer se quita carga de encima en las articulaciones. También resultan más fáciles de realizar algunos movimientos que fuera del agua costarían mucho más, sobre todo en el caso de aquellas que se encuentren en un embarazo avanzado o las que hayan cogido demasiado peso.
Todo son ventajas, y es que no será necesario hacer nada, ya que el mero hecho de permanecer en el agua ya resultará beneficioso para la mujer, puesto que las articulaciones se relajan y se alivia la sobre carga muscular, y esto con tan solo el simple moviendo del agua. Por otro lado, favorece el retorno venoso mejorando la circulación sanguínea, y además en el medio acuático se encontrará la posibilidad de ejercitar el sistema cardiovascular.
También los ejercicios aeróbicos realizados en el agua ayudarán a mejorar la capacidad pulmonar, algo que durante el embarazo va empeorando debido a los cambios del organismo. Y para terminar, no podemos olvidar que estos ejercicios serán muy recomendados para fortalecer los músculos del tronco (como son los abdominales o la zona más baja de la espalda).
Con todo esto, seguro que la mayoría de las futuras madres no podrán decir que no a darse un buen y relajante baño en la piscina.
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