Como ya venimos diciendo, la mejor alimentación para el bebé es la lactancia materna, no obstante esto es una decisión que debe tomar la madre, y si ésta se decanta por no dar el pecho, cuenta con la opción de usar las leches artificiales.
Una de las pautas a seguir al pie de la letra en la lactancia artificial, es ofrecer al niño la cantidad justa de polvo lácteo, para ello se utilizará la medida (un cacillito que suele venir dentro del envase), llenándolo siempre con la cantidad adecuada (dependiendo de la leche que vayamos a preparar y de la cantidad de agua que se haya echado en el biberón para ese fin) siguiendo tres normas: los cacillitos deben ir de forma rasa, el polvo jamás deberá sobresalir de la medida, y no se debe apretar una vez lleno. Siguiendo estas pautas, se le ofrecerá al bebé la cantidad justa que necesita y evitaremos posibles problemas en el niño.
Otro detalle al que hay que ser fiel en este tipo de alimentación, es al que se refiere al tema de esterilización. Los biberones junto a las tetinas deben ofrecerse siempre teniendo la confianza de que están bien limpios, para ello habrá que esterilizarlos, bien sea en caliente o en frío. Podemos encontrar aparatos específicos para este fin, pero siempre tendremos la opción de hacerlo de la forma casera que consiste en meter cada parte del biberón en agua hirviendo durante unos 20 minutos.
Algo a lo que hay que prestar atención antes de darle al bebé el biberón es a su temperatura (lo ideal será que esté a 37 grados), pero como no llevamos incorporado un termómetro para vigilar esto, lo que siempre se acostumbra a hacer es echar unas gotas del preparado en el dorso de la muñeca, ya que esta zona es más sensible y podremos comprobar inmediatamente si el líquido está a buena temperatura.
Con todo preparado, ya podemos ofrecerle el biberón al niño, se recomienda para ello que esté despierto, ligeramente incorporado, y vigilar constantemente que la tetina esté llena de leche para evitar que trague aire. Y una vez terminada la toma (¡ojo!, no hay que obligarle a tomarse todo el preparado) habrá que golpear suavemente su espalda para que pueda echar el aire que tenga, es decir que eructe, y… ya estará listo para echar un sueño (siempre y cuando no tengamos que proceder previamente al cambio de pañal).
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