Que un niño obedezca a una orden dada por los padres es un trabajo que se deberá de hacer de forma constante, de nada sirve que se le prohíba hacer una determinada cosa, si tras una pataleta al final los padres ceden y cambian de postura permitiéndoselo realizar para no tener que escuchar sus gritos o el llanto.
Por tanto, ante una orden, los padres deberán mantenerse firmes en ella, aunque siempre se le dirá al niño sin gritarle y sin perder los nervios, pues permanecer serenos será una actitud que ayudará la mayor parte de las veces.
Siempre será importante el diálogo, y ante un momento de rebeldía se deberá evitar aquello de “lo haces porque yo te lo digo, o yo te lo mando”, los pequeños pese a ser niños pueden entender ciertas explicaciones de los padres pero no el “porque sí”. Que obedezcan es algo importante porque les ayuda a autocontrolarse y además les enseña que las normas están para cumplirlas, pero siempre bajo un entorno afable y de comprensión que les haga confiar en los mayores y en los que éstos le están pidiendo que haga.
Por otro lado, no siempre todas las situaciones se le han de mostrar como blanco y negro, habrá muchas en las que se les pueda ofrecer la posibilidad de que ellos decidan, esto les ayudará a formar su personalidad. Un ejemplo podría ser a la hora de elegir la ropa que un día se va a poner dándole 3 o 4 opciones, o permitiéndole elegir la actividad que desea realizar.
Ante todo es importante conseguir que el niño obedezca pero sin que éste sienta culpabilidad. Es habitual encontrarse a veces diciéndole todo lo que los padres hacen por ellos, e incluso hacerles creer que por su mala actitud ellos llegarán a ponerse enfermos o que por no hacer caso se le va a querer menos. Todo esto es un error, hacer un drama no le beneficiará, ni por ello va a cambiar su actitud. De manera, que como decíamos siempre lo más efectivo es hablar con ellos, darle razones de por qué se quiere que haga una determinada cosa, pero con buenas formas y firmeza, y siempre permaneciendo unidos ambos padres en cada decisión, ya que de nada valdrá que la madre le exija hacer algo si el padre no la apoya.