Los primeros días en los que la madre da al pecho al bebé es normal que sienta dolor o molestias en ellos, la subida de la leche puede producir algo de congestión en ellos y el hecho de que el bebé succione de forma incorrecta podría llevar por otro lado a las temidas grietas o heridas en los pezones. No obstante, y pese a esas molestias que se puedan dar, es muy importante que se tenga paciencia y no se deje de dar el pecho, ya que la estimulación de los mismos es necesaria para que la leche suba por lo que se debe ofrecer al pequeño lo antes posible.
Para evitar la congestión pondremos al bebé al pecho cada tres horas durante unos 10 minutos en cada uno de ellos. Esto evitará por un lado que la leche se acumule en exceso (por ello también es importantísimo no saltarse ninguna de las tomas), y por otro, en lo referente al tiempo, se remediará un poco el dolor y las grietas en los pezones como ocurriría si lo dejáramos succionar durante más tiempo. También podremos utilizar un sacaleches antes de las tomas para que la congestión sea menor.
En el caso de que un pecho habitualmente duela más que el otro, se ofrecerá primero al niño el que menos duela. Esto se recomienda hacer así porque es al principio cuando el niño succiona con más fuerza.
Una solución casera para mitigar los dolores, es dejar los pechos al aire un rato después de cada toma, o aplicar compresas calientes o frías sobre los pechos, e incluso una bolsa de guisantes congelados valdría perfectamente. También hay que tener en cuenta que los pechos deben lavarse únicamente con agua, y que se debe utilizar un sujetador apropiado que sujete bien el pecho.