4. Levantarse, un placer. ¿Por qué tenemos que saltar de la cama al primer timbrazo del despertador? Es más saludable desperezarse con ganas, como hacen los gatos, antes de incorporarse. Este estiramiento hará que nuestro cuerpo y mente se sientan mejor y pondrá en marcha el sistema circulatorio.
Además, para que no se dañe la musculatura abdominal, es preferible tumbarse de costado antes de incorporarse. Una vez que hayamos puesto los pies en el suelo, levantemos los brazos y saludemos el día con una sonrisa. Ahora sí estamos preparadas para comenzar la jornada con energías renovadas.
5. La ropa interior sigue siendo sexy. La tripa tarda un poco en aumentar, y la mayoría de las mujeres prefieren no ponerse ropa ancha hasta que ya no caben en la normal. El pecho, sin embargo, aumenta desde el principio y hay que cambiar de sujetador. ¿Por qué no comprarlo cómodo pero bonito? Este pequeño lujo nos hará sentirnos mejor. Un buen sujetador también es primordial para prevenir la inevitable flaccidez de los senos después del parto. Hay que elegir un modelo con tirantes anchos, confeccionado con materiales suaves y elásticos y que sienten bien.
6. Organicemos la ayuda para después. Las mujeres que ya han tenido algún hijo saben lo que les espera después del parto: el bebé las necesita prácticamente todo el día. La comida, la limpieza, la compra… pasan a un segundo plano. No hay que esperar a quedarse completamente agotada o hasta que la casa sea un caos para pedir ayuda. Ahora es el momento de pensar a quién recurrir. Tiene que ser alguien de confianza que pueda hacerse cargo de cualquier tarea en caso de necesidad. Si a la madre le fallan las fuerzas, ¿cómo va a disfrutar de su bebé?