Si respetas los horarios y rutinas del bebé y sigues unas pequeñas indicaciones, salir de compras a una gran superficie puede ser una actividad agradable para los dos.
- Un niño se cansa enseguida, por eso conviene llevar algún juguete para entretenerle. También puedes contarle las cosas que estás comprando para hacerle más partícipe.
- Conviene llevar alguna galleta o bebida por si le entra hambre. Además, así se mantendrá entretenido, al menos durante un rato.
- Elige un horario en el que no haya mucha gente para no tener que hacer malabarismos con el carrito ni encontrarte con grandes colas.
- Todavía es muy pequeño para entender que no debe tocar nada, así que lo único que puedes hacer es mantenerle alejado de las estanterías y expositores.
- Y por supuesto, debes aprovecharte de las ayudas específicas que ofrecen la mayoría de los centros comerciales para padres con niños, como plazas de párking cercanas a la entrada, los carritos de la compra con sillitas tipo maxi-cosi, las cajas más anchas (para poder pasar con el carrito), algunas guarderías supervisadas (que te permiten hacer la compra tranquilamente, mientras el pequeño está entretenido) y los baños con cambiadores. Algunos centros disponen incluso de una sala independiente para darle el pecho al bebé.
- La visita a una superficie con varias plantas puede resultar más complicada, pero la mayoría disponen de ascensores y escaleras mecánicas. Si vas a andar mucho, contempla la posibilidad de dejar el carrito en casa y llevar al bebé en su mochila. Así tendrás más libertad de movimiento y podrás controlar al peque en todo momento.