El instinto maternal es una especie de fuerza interior que está vinculada con el deseo de tener hijos en algún momento de la vida. Se trata de un deseo muy fuerte en tanto que está directamente relacionado con la felicidad y con la perfección interior de cada ser humano. Pues bien, en este sentido, conviene matizar que el instinto maternal no es una cualidad inherente a todas las mujeres. Es decir, no se trata de una llamada general sino que existen personas que tienen otro orden de prioridades en su vida. Es decir, existen mujeres que prefieren volcarse en su profesión y también, existen casos de parejas que tienen una visión negativa de la formación de una familia en tanto que se fijan más en las limitaciones que en los puntos positivos. Por ejemplo, con la llegada de los hijos, la pareja tiene menos tiempo de centrarse en sí misma para los planes de ocio, hay que dar otro orden de prioridades a los gastos…
En general, el instinto maternal puede sentirse de dos formas distintas. Por ejemplo, existen chicas que tienen muy claro desde la adolescencia que quieren tener hijos. Sin embargo, existen otras chicas que no experimentan esta sensación hasta que no tienen una pareja estable con la que se sienten realmente bien. Y tras un tiempo de amor en común, sienten el deseo de avanzar hacia una nueva etapa: la de la llegada de los hijos.
El instinto maternal tiene tal fuerza que por ello, puede causar tanto dolor el hecho de querer tener una familia y no poder alcanzar este objetivo. A veces, por leyes de la biología y en otras, por no haber encontrado a la persona adecuada antes de los cuarenta años. El ser humano experimenta muchos deseos a lo largo de su vida, pero está claro que no todos los deseos son igual de importantes.
Imagen: Fandemia
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