Hoy en día las ecografías en dos, tres o cuatro dimensiones se han convertido en una ventana a la vida intrauterina y nos permiten acceder a informaciones que antes no podíamos ni imaginar.
Ver y escuchar el latido fetal es una de las imágenes que más impacta a las madres. Quizá llegamos a la primera consulta ginecológica todavía dudando de nuestro estado, pero la imagen que nos ofrece la ecografía borra todas las dudas. Ahí está: un corazón que late a más de 140 pulsaciones por minuto dentro de una habichuelita encogida sobre sí misma.
Llevamos dentro una vida que se desarrolla momento a momento. Conocerla más a fondo nos ayuda a conectar con el niño que viene en camino. Ahora tenemos la posibilidad de saber cómo evoluciona el feto en los nueve meses que pasa en nuestro interior.
La ecografía permite conocer el correcto desarrollo de la gestación. Si todo va bien, es suficiente con realizar una por trimestre.
Con este método los futuros padres pueden ver por primera vez a su bebé. En la actualidad, esta prueba no solo evalúa el tamaño del feto o el estado de sus órganos, además ofrece la posibilidad de ver sus características físicas o incluso sus comportamientos dentro del útero.
Los papás ya no tienen que esperar a que nazca para ver cómo se mueve, cómo ríe, o como son sus ojos o sus labios. Verle antes de nacer nos llena de ilusión.
En los próximos días, os iremos contando qué esperar en las ecografías de cada trimestre. Por supuesto, el día que os toque ver vuestras propias ecos todo se volverá novedoso e increíble comparado con lo que os podamos contar.