Todo aquello que esté destinado a la alimentación de los bebés, deberá previamente haber sido esterilizado, ya que será la mejor forma de combatir posibles infecciones. Hay que tener presente que más o menos hasta los 6 meses, los bebés tienen reducido su número de defensas, por tanto es fácil que los gérmenes entren en su organismo y se pongan enfermos.
Para este fin, es decir, para esterilizar los utensilios, se utilizará un esterilizador. Estos aparatos los hay de varios tipos:
– La forma más antigua es la de meter los biberones en una cazuela con agua hirviendo, y mantenerlos al fuego durante unos 10 minutos.
– Por otro lado están los que funcionan en frío. Se introducirán los biberones en un recipiente con agua fría, se echará una pastilla, y después tan solo habrá que pasar unos minutos.
– El eléctrico. A través de una resistencia, este tipo de esterilizador, calentará el agua hasta conseguir una alta temperatura.
– El esterilizador de microondas. Esta opción destaca por su rapidez, ya que en tan solo en unos 5 minutos se podrán haber esterilizado de 4 a 6 biberones al mismo tiempo. Se introducirá el recipiente en el microondas con un poco de agua, y a máxima potencia, se creará vapor de agua con lo que se eliminarán los virus.
Pese a utilizar cualquiera de estos métodos para esterilizar los biberones, no habrá que dar por ello menor importancia a la limpieza de los mismos, es decir, que antes de introducirlos en el esterilizador habrá que lavarlos bien con lavavajillas, haciendo hincapié en las zonas más escondidas, en las que siempre pueden quedar restos de leche de la toma anterior. Para llegar mejor a todos sitios, se utilizará una escobilla fina. Y para terminar se deberá aclarar con abundante agua para quitar los posibles restos de jabón.