La alimentación es la preocupación principal de muchos padres que lo único que desean es que su niño coma. Es decir, no hacer de la hora de la comida o de la cena un drama. Sin embargo, a veces, teniendo en cuenta las manías de los padres también es positivo hacer esta pregunta: ¿Es verdad que el niño no come o parece que no lo hace?
Es decir, si el niño no come entonces, es evidente que tendrá un efecto a nivel físico, adelgazará y perderá peso. Pero en cambio, muchos padres se obsesionan con la alimentación de sus hijos cuando en realidad el bebé está muy sano de peso. ¿Qué sucede entonces? Sencillamente, que algunos padres y madres son un tanto obsesivos y recurrentes con el tema de la alimentación.
Están todo el día dando de comer a los niños, llenan los platos de comida con una cantidad desproporcionada, hablan continuamente de temas alimenticios con los niños… Si este es tu caso, entonces, empieza a relajarte ya que el problema no está en tu hijo sino en ti. Por otra parte, también es importante precisar que los niños manifiestan mucho de los cambios que hay en su vida a través de la alimentación. Por ejemplo, puede que tengan menos ganas de comer en los primeros días de guardería, después del verano cuando tienen que volver a clase, al nacer un hermanito, después de un divorcio… Por tanto, este tipo de periodos se superan con paciencia. Por supuesto, para averiguar si realmente el niño no come lo mejor es que el médico realice las pruebas necesarias para determinar si el peque tiene algún tipo de problema de salud.
En otras ocasiones, puede que el niño muestre manías puntuales: por ejemplo, puede que coma en el colegio y en cambio no lo haga en casa. En ese tipo de casos, el niño puede querer llamar la atención.
Imagen: Vitadelia
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