Lo habitual es que un parto prematuro se produzca en un ambiente hospitalario. En él suelen estar presentes, además del obstetra, un neonatólogo y una enfermera especializados en los cuidados pediátricos para este tipo de recién nacidos.
Por lo general, las primeras acciones que se llevan a cabo son la reanimación y el traslado a un ambiente térmico estable y, si fuera necesario, la ayuda al recién nacido para que respire mediante ventilación mecánica.
No hay que olvidar que lo normal es que los bebés nacidos antes de que finalice su período de gestación tengan problemas para realizar tres funciones básicas: controlar su temperatura corporal, respirar y alimentarse. De ahí su traslado, casi inmediato, al área de cuidados intensivos de neonatos, donde se les coloca en una incubadora en la que tienen una temperatura estable, se les pone un ventilador (si lo necesitan) que les ayuda a respirar y se les alimenta a través de una sonda.
Las horas y primeros días siguientes al alumbramiento serán decisivas para la supervivencia del recién nacido. Durante este tiempo, el neonatólogo valorará el grado de desarrollo del bebé y determinará el tipo de actuaciones que deberán llevarse a cabo una vez que el niño esté estable.
El Manual para padres con niños prematuros de la Sociedad Española de Neonatología (SEN) determina las posibilidades de que un niño prematuro sobreviva en función de su edad gestacional, el peso que tenga en el momento de su nacimiento y la presencia de problemas de salud graves al nacer, esto es, respiratorios, cardíacos, infecciosos o malformativos, entre otros.
De todos ellos, la SEN destaca como el más importante la edad gestacional, ya que este hecho será el que determinará la madurez de los órganos del recién nacido. En este sentido, el límite cada vez es más amplio. Así actualmente, se considera viable un bebé de 23 ó 24 semanas en adelante, aunque no es un parámetro que pueda aplicarse a la totalidad de los casos ya que, insistimos, dependerá, entre otros factores, de la evolución del recién nacido durante sus primeras horas de vida.
Imagen: miraclebabies