Según la guía de la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), “La alimentación de tus niños y niñas. Nutrición saludable de la infancia a la adolescencia”, la educación nutricional exige de los padres paciencia, dedicación, no hacer concesiones inaceptables y un cierto respeto por el apetito del niño (siempre que el crecimiento y desarrollo, a juicio del pediatra, esté dentro de la normalidad).
Concretamente para los niños de tres a seis años aconseja a los progenitores lo siguiente:
- Atender a sus necesidades de energía. Este es un periodo importante para su crecimiento, y de gran actividad física.
- Cuidar el aporte de proteínas de muy buena calidad (carnes, pescados, huevos y lácteos), pues las necesidades son proporcionalmente mayores que las de la población adulta.
- Iniciar a los niños en el hábito de un desayuno completo.
- Evitar el abuso de dulces y “chucherías”.
- Dedicar el tiempo necesario para que el niño aprenda a comer, disfrutando.
El desayuno debe variarse, al igual que otras comidas. Elige productos diferentes dentro de los grupos que deben estar presentes en él: cereales y derivados, frutas y zumos naturales, y leche y productos lácteos. También puedes introducir frutos secos, carnes, huevos…
Para afrontar la inapetencia infantil y una vez que el pediatra ha descartado cualquier problema de salud, ten en cuenta que es algo temporal, ármate de paciencia y sigue estos consejos:
- Presenta las comidas de forma divertida y con variedad de alimentos.
- Dale alimentos de calidad para evitar que pierda peso y talla. Siempre que puedas, dale pescado, que es muy nutritivo y resulta fácil de digerir.
- Restringe los azúcares, que sólo le aportan calorías, sin nutrientes.
- Mantén siempre los mismos horarios de las comidas y establece un clima relajado.
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