A esta edad, el bebé dará muestras de sus habilidades para desplazarse por cualquier lugar, bien sea a gatas (cosa que ya tendrá totalmente dominada) o bien de pie agarrándose a los muebles a las manos de un adulto.
También muestran ya una gran precisión a la hora de manipular objetos, por ello, se puede comenzar a darle una cuchara pequeña, preferiblemente de plástico, en le momento de la comida para que empiece a practicar y aprenda a usar los cubiertos (en un principio lo normal será que el puré quede repartido por todo el bebé y por toda la mesa, pero que eso deje de ocurrir será cuestión de práctica y tiempo).
El afán por explorarlo todo sigue siendo algo que no ha perdido el bebé de once meses(ni algo que perderá a corto plazo), y siente especial curiosidad por todos aquellos orificios que encuentre a su paso, y mejor aún será si dentro de ellos se puede meter algo, como por ejemplo una horquilla, o sus propios dedos, en los agujeritos del enchufe.
En este periodo ya comienza a tener claras algunas cosas, como qué juguetes son suyos, y esto lo aprenderán al pie de la letra llegando a ser de lo más posesivos con las cosas, por lo que si alguien se las quita, lo más probable es que se enfade, llore o patalee. Esto es algo que pasará con el tiempo y paciencia.
Su vocabulario cada vez es más rico, y a los once meses ya pedirá algunas cosas por su nombre sabiendo cuál es su significado. Por otro lado, también es común que cuando se intentan comunicar con sus padres, y ellos no entienden lo que está pidiendo, los bebés se enfaden.
Algunos pediatras recomendarán la introducción de las legumbres a este mes, cosa que se hará igualmente que con el resto de alimentos que se le han ido dando al bebé, es decir, poco a poco, primero con cantidades pequeñas y en intervalos espaciados de tiempo, para después subir la cantidad y la frecuencia.