Probablemente a esta edad, el bebé ya camine de forma más segura, aunque aún le queda mucho por mejorar y es muy probable que en más de un momento caiga al suelo. Por ello, es importante que la casa esté preparada, prestando especial atención a las esquinas de los muebles. También a esta edad, tienden a echar a correr por cualquier sitio, sintiendo especial debilidad por hacerlo por los pasillos de los supermercados, de manera que habrá que andar con mil ojos para que no se pierda.
Cada día su vocabulario es más rico, aunque mientras que unos son unos parlanchines, otros siguen haciéndose entender con señas. Esto no significa nada, y mucho menos que un niño sea más listo que otro, sino que cada niño lleva su propio ritmo en el aprendizaje.
A los 14 meses ya serán unos expertos en el juego, y les gustará especialmente hacer rodar una pelota y correr tras ella para darle patadas.
La hora de comer comienza a ser algo desastrosa, en lo que se refiere a las formas, ya que los niños se interesan por aprender y por hacer las cosas ellos solos, por lo que es muy probable que exija ser él el que se lleve los cubiertos a la boca para comer, y como aún no son muy precisos con sus manos, lo más probable es que la comida quede repartida por toda la mesa y el suelo. No hay que negarles esto, es importante que comiencen a hacer cosas por ellos mismos, simplemente habrá que ponerle las cosas fáciles, comenzando por utilizar cubiertos cómodos y de poco peso. Y en lo referente a la limpieza, habrá que armarse de paciencia, y utilizar manteles de plástico y baberos que cubran la mayor parte de la zona donde el bebé va a comer.