Un bebé de 15 meses, por regla general, ya tendrá controlado el hecho de andar, aunque aún es habitual que pierdan el equilibro en ocasiones al hacerlo, y por otro lado, también serán capaces de agacharse y levantarse solos, o caminar hacia atrás.
Su carácter comenzará a salir, y es posible que intenten “echar un pulso” en más de una ocasión a sus padres para ver quién gana. Es por ello que son más frecuentes las rabietas cuando no consigue lo quiere lo que quiere, y el “No” lo utilizan a menudo como forma de negarse a hacer lo que se les está pidiendo.
A esta edad empiezan a mostrar especial interés por los lápices y por hacer trazos, cosa que está muy bien para su desarrollo, pero, no obstante, habrá que prestarles atención y no dejarlos solos con un lápiz en la mano, ya que, igual que pintan en el papel, también es posible que intenten plasmar su creatividad en las paredes o en los muebles de la casa.
Hasta ahora, el bebé probablemente no prestaba demasiada atención a los demás niños (que estuvieran fuera del ámbito familiar), pero a partir de este momento será cuando se empiecen a interesar por interactuar con ellos, aunque jugar lo dejarán para un poco más adelante.
El vocabulario sigue creciendo, y aunque tan solo utilizan palabras sencillas, serán capaces de comprender prácticamente todo lo que se le dice, e incluso podrán obedecer ciertas órdenes.
A los 15 meses, además serán capaces de comer (utilizando los cubiertos) y beber agua sin ayuda, y es que sus habilidades con las manos mejoran día tras día.