Hace ya 1 año y medio que nació el bebé, y a muchos padres les parecerá increíble lo rápido que ha pasado el tiempo y lo que han evolucionado sus pequeños. El bebé ha pasado de ser una personita, totalmente dependiente de ellos, que prácticamente comía y dormía todo el día, a convertirse en un niño independiente capaz de caminar y hacer cosas por sí solo.
Sobre esta edad e incluso antes, los niños tienden a apegarse a algún muñeco, peluche, o mantita. Esto es normal, ya que se sienten reconfortados y se tranquilizan cuando lo tienen cerca, es por ello, que habitualmente se lo lleven a la cama en el momento de dormir, que suele ser cuando se sienten más solos, y el simple hecho de sentirlo cerca y poder tocarlo les calma y les proporciona seguridad.
Los más adelantados ya comienzan a dar sus avisos cuando ensucian el pañal, y algunos incluso lo harán incluso antes de hacerlo. Esto es señal de que ya queda menos para poder decir definitivamente adiós al pañal.
A los 18 meses ya podrán hacer muchas cosas por sí solos, como por ejemplo: utilizar los cubiertos con mayor éxito, saltar, correr, arrojar objetos (como una pelota), subir y bajar escaleras, quitarse la ropa, etcétera.
Pese a que ha crecido y a que ya lleva un tiempo “independizado”, aún sigue sintiendo fascinación por todo aquello a lo que no puede acceder, y es por ello, que a veces se las ingenian para alcanzar las cosas si no se las proporcionan. Hay que tener cuidado con esto, porque habrá algunos que ya consigan subirse a la silla para poder ser más altos y alcanzar aquello que desean. También es posible que lo que llame su atención sea una ventana… por tanto hay que tener mucho ojo y tomar precauciones.