A los 4 meses el bebé comienza a coordinar sus movimientos y, pese a que aún estos son algo bruscos, ya se les puede ver una mayor precisión en ellos. Levantar la cabeza, siempre que se le haya ayudado a fortalecer los músculos del cuello los meses anteriores (esto se consigue poniéndolo boca abajo sobre una superficie lisa y firme), ya es algo que puede controlar, y además mientras permanece en esa posición querrá ir un poco más allá moviendo brazos y piernas. Y si lo pasamos de la posición tumbado a la de sentado, será capaz de mantener el cuello en el proceso.
Otra de las cosas que habitualmente comienzan a hacer los bebés de 4 meses, será agarrarse los pies cuando se encuentran tumbados boca arriba, y girar su cuerpo hacia los dados sin llegar a darse la vuelta (por regla general, por tanto, no hay que fiarse de que no lo haga y dejarlo solo encima de una cama o sofá, ya que podría girarse y caerse).
Su afán de exploración y quererlo investigar todo aumenta cada día, es por ello que al enseñarle un objeto, especialmente si es de colores llamativos o sonoro, enseguida lanzará sus manos para agarrarlo (aunque aún no podrá mantenerlo más de unos segundos sin un poco de ayuda), y acto seguido, cuando consigue lo que quiere, se lo llevará a la boca automáticamente. También sentirá curiosidad por todo, por ello es que les encanta estar sentados o cogidos en brazos cuando el adulto está de pie.
Su vista estará ya muy mejorada y oirá prácticamente tan bien como un adulto. En el caso del olfato, sigue mostrándose desarrollado por ello le encantará que le dejemos oler diferentes aromas.
Cuando se le habla moverá la boca intentando imitar la de los padres, cada vez son más los balbuceos.