Alrededor de los 10 meses el bebé ya puede comenzar a ser independiente e ir poco a poco separándose de los padres para explorar, y todo gracias al gateo. Este hecho les permitirá ir de un lado a otro, descubrir nuevas cosas, o coger aquello que le llame la atención y esté a su alcance. Todo esto supondrá para él una nueva experiencia que le resultará de lo más gratificante.
Es importante que a los bebés se les deje gatear por todos los beneficios que esto supone, como por ejemplo: cogen fuerza en las manos y muñecas, aumentan la coordinación, fortalecen los músculos y huesos de hombros y brazos, o aprenden a mantener el equilibrio. Por otro lado, parece que a la larga los niños que han gateado tienen más desarrolladas sus habilidades intelectuales.
Como en la mayoría de los casos, aquellos padres que quieran que su hijo gatee, deberán estimularlo para que se el bebé se anime a hacerlo. La mejor forma será tumbarlos boca abajo sobre el suelo y dejar a su alcance algún juguete (preferiblemente sonoro o con luz) que llame su atención. Primero se le dejará cerca, para que al alargar el brazo consiga el premio, y más tarde se le irá poniendo cada vez más lejos. Cuando se consiga que el bebé avance un poco (unos niños tardarán más días y otros menos) se puede proceder a poner obstáculos en su camino como cojines para que aprenda a resolver las dificultades.
Por otro lado, hay que tener cuidado cuando el bebé comience a gatear, prestando especial atención a detalles como:
– Evitar tener objetos que se rompan o con los que se puedan hacer daño a su alcance.
– Colocar protectores en los enchufes.
– Quitar plantas de su camino (algunas pueden ser venenosas y ante la duda mejor mantenerlas lejos del bebé).
– Una mesa con un mantel puesto y los objetos preparados para comer encima, es algo peligroso, ya que el niño puede alcanzar una esquina, agarrarla y tirarse todo sobre él.
– Vigilar las puertas y las ventanas abiertas.