Anteriormente comentábamos que una de las cosas que lo padres pueden hacer para motivar a los niños a utilizar las gafas, es darles opciones a la hora de comprarlas. No se trata de ir a la tienda y permitirle elegir entre todo el catálogo, sino que, una vez los padres hayan visto las probabilidades, le den al niño la opción de elegir entre 2 o 3.
En el mercado, hoy en día, existe un catálogo amplísimo de gafas, pero antes de elegir, habrá que tener en cuenta algunos factores, como que favorezcan al niño. Esto es importante, porque es primordial para ellos verse bien y sentirse guapos. Pero al ser niños, habrá que mirar otros detalles, como que sean resistentes para que no se rompan fácilmente (existen materiales especiales anti-roturas). Otro punto imprescindible a tener en cuenta, es que el niño esté cómodo con las gafas, unas gafas grandes o pequeñas resultarán para ellos algo verdaderamente agobiantes. La gafa debe ajustarse a su cara en todo momento, y así será de la única manera que los pequeños se acostumbrarán a llevarlas, y a la larga apenas darse cuenta de ello, pero si tienen que estar continuamente subiéndoselas o quitándoselas porque les aprietan, serán conscientes constantemente de que las llevan puestas.
Un factor que no hay que dejar de lado a la hora de comprar la gafa para el niño, es el puente (la unión entre ambos cristales). La gafa se debe quede apoyada sobre su nariz y no deslizarse hacia abajo, cosa que ocurre frecuentemente. También es importante que el puente se ajuste bien, ya que en caso contrario la lente no quedaría colocada respecto al ojo correctamente, y el niño continuaría sin ver bien.