Os hemos estado hablando de las reacciones cutáneas ante los fármacos, exantemas (enrojecimiento de la piel) o incluso alergias que pueden presentar nuestros pequeños a la hora de necesitar tomar medicamentos. Los fármacos que de forma más frecuente producen exantemas en los niños son los siguientes:
Antibióticos
- B-lactámicos, como por ejemplo amoxicilina, penicilina y cefalosporina.
- Macrólidos, como es el caso de la eritromicina, azitromicina y claritromicina.
- Estreptomicina.
- Cloranfenicol.
- Tetraciclinas.
Quimioterápicos
- Sulfamidas.
- Isoniacida.
Anticomiciales (anticonvulsivos)
- Carbamazepina.
- Hidantoínas.
- Bezodiacepinas.
- Lamotrigina.
- Barbitúricos.
Analgésicos / Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs)
- Aspirina.
- Pirazolonas (metamizol).
Que estos medicamentos sean consideras los más “peligrosos” no quiere decir que si el pediatra se lo manda a nuestros hijos les vaya a ocurrir nada malo. Simplemente, suelen producir las reacciones en un mayor porcentaje.
Debemos acudir sin falta al hospital si observamos que:
- El niño tiene fiebre mayor de 40 ºC.
- Se le han inflamado los ganglios linfáticos.
- Se queja de dolor en las articulaciones.
- Presenta dificultad respiratoria.
- Tiene la tensión arterial baja.
- Aparece un edema (hinchazón) en la cara.
- Presenta vesículas en la piel.
- Se ven afectadas las mucosas (es decir, tejidos húmedos como por ejemplo, la boca o los genitales).
- Aparecen lesiones de color rojo-violáceas que no desaparecen cuando se presionan.
- El pequeño sufre el Signo de Nikolsky +, que consiste en el despegamiento de la capa superficial de la piel.
Imagen: livewellgreenville