La Placenta Previa es una de las complicaciones que pueden surgir durante el embarazo, esto ocurre cuando durante la gestación, la placenta, se coloca en la parte baja del útero o cuando cubre el cuello uterino, que es ni más ni menos que el conducto por el que el bebé debería deslizarse durante el parto. En condiciones normales, el cuello uterino debe estar sin ningún obstáculo cuando llega la hora del parto, por lo que la placenta deberá estar situada en la parte superior.
Existen tres tipos de Placenta Previa: Marginal (cuando la placenta se encuentra al lado del cuello uterino), Parcial (cuando la placenta cubre parte del conducto, o abertura cervical), o Completa (cuando cubre totalmente la abertura cervical).
Hay factores que pueden desencadenar este problema, como que la mujer fume, que tenga una edad ya avanzada, que en embarazos anteriores ocurriera esto mismo, cuando se da el caso de un embarazo múltiple, etcétera.
El sangrado de forma espontánea, es uno de los síntomas más claros de que podría darse Placenta Previa. Es posible que este sangrado desaparezca pronto, pero volvería a ocurrir nuevamente, por lo que, en caso de sangrado, por poco tiempo que dure y por poca cantidad que sea, siempre se debe acudir al médico especialista.
En caso de diagnosticar a la mujer Placenta Previa, se procederá a realizar un mayor número de controles durante el tiempo restante del embarazo, y dependiendo de la gravedad se tomarán unas medidas u otras. Si el embarazo se ha completado, y se producen hemorragias, se procederá a realizar una cesárea, pero en el caso de no ser así, la mujer, por regla general, deberá tomarse las cosas con calma, guardar reposo, y seguir siempre al pie de la letra todas las recomendaciones que el médico le dé.