Os hemos estado hablando de ciertos alimentos que pueden alterar el sueño de los pequeños. Hoy os dejamos una serie de consejos para ayudarles a dormir sin problemas.
Prepara cenas ligeras y poco especiadas. Si son abundantes y demasiado ricas en proteínas y grasas, se produce una mayor secreción de ácido clorhídrico que aumenta la acidez, alarga la digestión y dificulta la conciliación del sueño. El exceso de proteínas, además, disminuye la síntesis de serotonina y aumenta la producción de adrenalina, estimulante del sistema nervioso.
Es aconsejable evitar alimentos flatulentos como las legumbres, ya que pueden provocar dolores abdominales.
Espera un rato antes de ir a dormir. Si nos acostamos justo después de la cena, aumenta el contenido ácido del estómago al esófago en forma de reflujo que provoca ardor, náuseas e incluso ganas de vomitar. Es recomendable dejar pasar al menos una hora entre la cena y la hora de irse a dormir para no interrumpir el sueño.
Elimina los alimentos excitantes. El chocolate contiene teobromina, sustancia que genera sensación de euforia, y los refrescos con cola, cafeína, que es un estimulante del sistema nervioso (causa nerviosismo, irritabilidad y menos horas de sueño). No hay que tomarlos en las cenas.
Evita el exceso de líquidos. Para no tener que levantarse a media noche a orinar, es preferible no abusar del agua y de algunos alimentos demasiado diuréticos como las endibias, el apio, los espárragos, la cebolla, el melón y la sandía.
Evita el estrés y la ansiedad. La tensión altera el ritmo circadiano.
Imagen: goodenoughmother